Hemos querido dedicar un artículo al Día Mundial de los Océanos. Nuestros mares se enfrentan una serie de problemas medioambientales graves que amenazan su salud y biodiversidad ¡Y también nos afectan a nosotros!
Los océanos son parte indispensable de la vida en la Tierra, ¿Te imaginas nuestro planeta con unos océanos que solo fuesen una masa de agua sin vida? Regulan los ecosistemas y la temperatura del planeta, son fuente de alimento de muchas especies terrestres (incluida la nuestra), forman parte del ciclo del agua (por supuesto) y, cuando están en buen estado son un sumidero de carbono, pero esto último, te lo contamos más adelante. 😉
La contaminación
Los océanos se ven afectados por la contaminación producida por la descarga de desechos y productos químicos industriales, vertidos de petróleo, fertilizantes agrícolas y desechos plásticos.
Contaminantes químicos
Los productos químicos industriales, como los metales pesados y los compuestos orgánicos persistentes, pueden acumularse en los tejidos de los organismos marinos a medida que son absorbidos a través del agua o ingeridos con los alimentos. Estos contaminantes pueden afectar a su sistema inmunológico, debilitándolos y haciéndolos más susceptibles a enfermedades. Además, cuando los animales marinos contaminados son consumidos por otros organismos, los contaminantes pueden acumularse y propagarse a lo largo de la cadena alimentaria, llegando hasta nosotros.
Un ejemplo es la contaminación por metales pesados en los atunes que llegan a Europa.
La contaminación se produce en África, porque allí se extraen la mayor parte de materiales necesarios para fabricar nuestra electrónica; la misma electrónica que también enviamos allí para su deshecho y acaba contaminando ríos, mares y océanos. Y finalmente volviendo a nosotros con el consumo de animales contaminados.
Descarga de aguas residuales
Las aguas residuales no tratadas o insuficientemente tratadas contienen microorganismos patógenos y pueden ser vertidas directamente en los océanos. Esto incluye bacterias, virus y parásitos que son causantes de enfermedades en la vida marina. Por ejemplo, la contaminación fecal proveniente de alcantarillas o sistemas de desagüe defectuosos puede contener bacterias como la Escherichia coli, que puede causar infecciones en peces y otros organismos acuáticos.
Floraciones de algas tóxicas
La contaminación agrícola y la descarga de nutrientes provenientes de actividades humanas pueden contribuir a las floraciones de algas tóxicas o mareas rojas. Estas floraciones masivas de algas pueden liberar toxinas dañinas en el agua, que pueden ser consumidas por mariscos y peces. Cuando los humanos consumen mariscos contaminados, pueden sufrir enfermedades como envenenamiento por mariscos o intoxicación paralítica por mariscos, que pueden ser graves e incluso mortales.
El Mar Menor
Un caso de contaminación agrícola es el del Mar Menor; no se produjo una intoxicación de los animales, pero la proliferación de algas produjo su muerte por falta de oxígeno (anoxia).
Desperdicios plásticos
La contaminación por plástico en los océanos también puede tener un impacto en la propagación de enfermedades. Los plásticos flotantes pueden convertirse en sustratos ideales para el crecimiento de microorganismos, formando colonias biofilm que pueden albergar bacterias y otros patógenos. Muchos de los microplásticos que acaban en el mar son ingeridos por diferentes animales, introduciéndose también en nuestra cadena alimenticia.
Vertidos de petróleo
No hace falta que hablemos de la devastación que suponen los vertidos de petróleo en el océano. En los últimos 50 años se han producido por lo menos 130 vertidos graves de crudo, procedentes de barcos o de plataformas.
Sobrepesca
La pesca excesiva y no sostenible ha llevado a una disminución significativa de las poblaciones de peces en muchos océanos. La pesca indiscriminada agota los recursos pesqueros, perturba los ecosistemas marinos y pone en peligro la seguridad alimentaria de las comunidades que dependen de la pesca.
- En el 2003 un estudio científico estimó que la población de grandes peces oceánicos era un 10% de la existente durante la era preindustrial
- Según la FAO el 33% de las poblaciones de peces del mundo están sobreexplotadas y el Mediterráneo y el Mar Negro son los mares que tienen el mayor porcentaje de pesca insostenible (62,5%)
- Pescas como el arrastre de fondo son muy destructivas para los ecosistemas porque capturan o aplastan todo lo que hay a su paso. Los arrastreros de fondo tiran más del 30% (en peso) de todo lo que capturan, en caso de uso de redes de arrastre de vara pueden tirar hasta el 70% de lo recogido.
Acidificación oceánica
Los mares han absorbido gran parte del CO2 que los humanos hemos vertido a la atmósfera. Esto ha mejorado nuestra perspectiva frente al cambio climático, porque ese carbono no llega a la atmósfera para calentarla más, pero ha provocado un aumento en la acidificación de los océanos. El CO2 se disuelve en el agua del mar, lo que reduce el pH y afecta negativamente a los organismos marinos, como corales, moluscos y plancton.
Esta solución más ácida disminuye la cantidad de carbonatos que hay en el océano y que son fundamentales para la formación de los esqueletos de calcio de los organismos como corales y moluscos.
Cambio climático
El aumento de las temperaturas del agua causa la pérdida de arrecifes de coral, la alteración de los patrones de migración de las especies marinas y la modificación de los ecosistemas.
Basura marina y plásticos
La acumulación de basura marina, especialmente plásticos, es un problema muy grave. Se estima que 6 millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos cada año, dañando la vida marina y afectando los ecosistemas.
Solo los deshechos plásticos matan a 100.000 animales marinos cada año. Las redes de pesca abandonadas son otro de los mayores peligros: se quedan enredados y pueden morir por asfixia o inanición.
¿Qué puedo hacer yo?
Los océanos, al ser grandes ecosistemas conectados que afectan al clima globalmente, se ven afectados por todas nuestras acciones. La parte positiva es que cualquier medida que tomes para hacer que tu vida sea sostenible repercutirá de forma positiva en los océanos, y disminuirá el daño que producimos. Aquí te dejamos unas cuantas ideas:
- Busca jabones y productos de limpieza sostenibles y biodegradables. Queremos pensar que todo el agua que desechamos se procesa correctamente, pero siempre puede haber fugas.
- Busca un protector solar responsable con los océanos.
- Asegúrate de no tirar cosas fuera de la basura. Los residuos, especialmente los poco pesados pueden acabar en cualquier lado, en la naturaleza, en las playas, en los mares…
- El 50% de los plásticos que hay en el mar son plásticos de un solo uso (desechables o envoltorios); evítalos. La cantidad ingente de plásticos que generamos no siempre acaba en plantas de reciclaje. En el peor de los casos se exportan a terceros países, que cobran por quedarse nuestra basura sin tener instalaciones para su reciclado y ahí se les pierde la pista.
- Todo lo que no hagas, es un poco menos que contaminas. Quedarte en casa y jugar a las cartas o leer un libro es menos contaminante que irte de viaje o salir a cenar.
Y nuestro último consejo, y el más importante:
- Si no lo necesitas, no lo compres. Vivir con lo que necesitamos y disfrutar de nuestro tiempo de forma sencilla es lo mejor que podemos hacer por nuestro planeta.
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